Su vida en sus obras

Hume describe del siguiente modo sus preferencias intelectuales durante los estudios preuniversitarios:

‘’Mi disposición para el estudio, mi sobriedad y mi laboriosidad, infundieron en mi familia la idea de que la carrera de Leyes sería una adecuada profesión para mí. Sin embargo, yo sentía una insuperable aversión hacia todo lo que no fueran investigaciones de filosofía y de instrucción general; de modo que mientras mi familia se figuraba que estaba escudriñando los escritos de Voet y Vinnio, eran Cicerón y Virgilio los autores que, en secreto, devoraba.’’

Todo parece indicar que abandonó definitivamente las prácticas religiosas durante la adolescencia

Hume inició los estudios de leyes en Edimburgo, sin obtener grados académicos. El plan de estudios que él mismo se impuso era arduo y lo llevó a un estado de agotamiento del que se repuso poco a poco, gracias a su empeño por seguir las sugerencias del médico.

En la correspondencia del joven Hume se encuentran referencias al descubrimiento de un “nuevo escenario del pensamiento” durante este periodo –1729-1730–, que sería la clave para una reforma completa de la filosofía. No se puede afirmar con exactitud cuál haya sido el contenido de esa inspiración, pero algunos autores sostienen que debió tratarse del hallazgo de la física de Newton, cuya aplicación a las realidades humanas le habría descubierto ese nuevo escenario, dentro de cuyo marco se podría desarrollar una “ciencia de la naturaleza humana”, capaz de explicar el modo de ser de los hombres con vistas a fomentar el progreso de la humanidad.

Su encuentro con la literatura latina y griega constituyó un hito en su modo de escribir y de filosofar. Los esfuerzos juveniles por adquirir un estilo claro y preciso se fundieron con la sustancia de esos escritos, y a la larga constituyeron uno de los ejes de su humanismo. En sus descripciones de la naturaleza humana se unen la devoción por la ciencia y la fascinación por las letras clásicas.

Santucci resume del siguiente modo la convivencia de los distintos elementos en la obra del filósofo:

‘’El humanista confiado en el valor absoluto de la ciencia, el interlocutor dogmático del racionalismo cartesiano, es sustituido por el humanista consciente de la propia parcialidad y atento a no dejarse dominar por ella. Este esfuerzo se encuentra en el trabajo del historiador y del moralista, se advierte en la coherencia de una skepsis que sugería el equilibrio entre las inclinaciones naturales y la reflexión que las disciplina y las orienta en la investigación.’’

Los libros 1 y 2 del Tratado fueron escritos durante la primera estancia de Hume en Francia (1734-1737), donde tuvo contacto con la filosofía de Descartes y de Malebranche, así como con el ambiente católico, del cual extrae ejemplos –generalmente críticos– en diversos momentos de sus distintas obras. Volverá a Francia en misión diplomática y militar como secretario del General St. Clair entre 1747 y 1749.

Durante su tercera visita a Francia (1763-1766) tuvo ocasión de conocer los ambientes más selectos de la cultura parisina. Son especialmente célebres su breve relación amistosa con Rousseau, y el encuentro con el ateísmo de algunos pensadores ilustrados. La amistad con el filósofo ginebrino se truncó poco tiempo después de que Hume lo invitara a pasar una temporada en Gran Bretaña. Rousseau publicó un escrito polémico contra Hume, quien respondió publicando su versión de los hechos. El encuentro con los pensadores radicales de la Ilustración se conoce por la narración de Diderot: cuando Hume fue interrogado sobre el valor intelectual del ateísmo, respondió que una persona inteligente no podría ser atea, a lo cual el anfitrión respondió que la mayoría de los presentes –se supone que todos, personas cultas e inteligentes– lo era. Se deduce la sorpresa que causó en el filósofo escocés la casi unanimidad en una posición tan poco razonable.

Su Historia natural de la religión (una de las Cuatro disertaciones de 1757) es una historia deductiva de la evolución de las distintas formas de religiosidad, las cuales se presentan ante un único juez racional, en igualdad de condiciones. El deísmo ilustrado, que acepta la existencia de un dios creador y organizador del universo, carente de influencia actual en él, presenta todas las manifestaciones religiosas como fenómenos para ser estudiados con objetividad y distanciamiento. Todas las religiones, se afirma, serían el producto de una evolución desde un politeísmo inicial hacia un sucesivo monoteísmo. Vale la pena subrayar que Hume no hace mención de la religión judía en este proceso uniforme. La influencia de la religión en las distintas instituciones civiles muestra cómo tal interferencia no ha ayudado al progreso de las organizaciones humanas, pues fomentan la violencia con sus posiciones radicales. La idea de la violencia derivada del sectarismo y el dogmatismo, ya propugnada por Locke, encuentra en los escritos de Hume un elocuente amplificador. Lo peor de todo, continúa Hume, es justificar la violencia alegando principios espirituales y sobrenaturales. Para el filósofo escocés, los excesos de la metafísica spinoziana, que pretende explicar toda la realidad a partir de pocos principios, tiene muchos rasgos en común con la intransigencia y la violencia de matriz religiosa.

 

COMPENDIO DE UN TRATADO DE LA NATURALEZA HUMANA

 

La obra es un resumen (compendio) del Tratado de la naturaleza humana, publicado por Hume en tres volúmenes entre 1738 y 1740. Como su nombre indica, el tratado es un estudio acerca de la naturaleza humana, dentro del cual el tema del conocimiento es fundamental. Este estudio responde a una doble orientación:

- Por un lado, Hume pretende establecer un sistema de todas las ciencias mediante el estudio de la naturaleza humana, ya que el conocimiento de ésta constituye el fundamento y el centro de las demás ciencias: hay ciencias que se ocupan de actividades humanas (lógica, moral, política) y ciencias que no se ocupan directamente del hombre, pero que son conocimientos elaborados por él.

- Para constituir esta ciencia fundamental de la naturaleza humana Hume aplica el método experimental, y el procedimiento adecuado es el inductivo: partiendo de la experiencia-observación establecerá los principios generales.

Es un tratado sobre metafísica, cuyos principios son:

Sentimientos de placer y dolor.

Creencia.

Costumbre.

Esto supone el abandono de otras posiciones que él va a demostrar que son indefinibles. Estas son:

-Abandonar la pretensión del mundo en si, conocemos nuestra experiencia pero la sustancia del mundo no la conocemos.

-Renunciar el uso del principio de causalidad, mediante el cual la gente piensa que puede conocer la causa de naturaleza ya que la verdadera causa no la conocemos.

-Renunciar a creernos libres, porque es nuestro pensamiento el que determina el pensamiento de otro pero si el pensamiento esta determinado, el hombre no es libre.

-Hay que abandonar la creencia en Dios. No creer en la religión pero piensa que tiene que haber un maestro del universo.

Dentro de la filosofía moral Hume distingue entre:

-Filosofía fácil y asequible.